«Simplemente traté de protegerme», esas fueron las palabras del jugador del Sevilla refiriéndose a la dura entrada que le costó un traumatismo craneo-encefálico y facial, y parada respiratoria al jugador, del Mallorca, Juan Arango.

Nadie duda que Javi Navarro quisiera provocar lo que al final pasó, pero no es la primera vez que pasa, y si no se sanciona, no sera la última.

En muchos de los «lances del juego» en las que el jugador sevillista se ve implicado, se «defiende» metiendo codazos a los jugadores contrarios. Hasta ahora no ha pasado nada grave, y este fin de semana, ha habido suerte con el jugador mallorquín, pero si no se le para los pies, o mejor dicho, las manos, a este jugador, tarde o temprano presenciaremos un duro momento en el futbol español.

Se queja de una «caza de brujas», vale que la fama de Pablo Alfaro sea eso, fama y «leyenda negra», pero no es su caso.