Por n-ésima vez digo que vuelvo a escribir y no se si tardaré mucho en olvidar lo dicho.
Hace ya casi dos años de la última entrada del blog. En estos dos años, y debido a la aventura de empresario junto con las obligaciones pertinentes de padre de familia, he tenido el blog encerrado en un cajón con el candado cerrado, y olvidado donde estaba la llave guardada.
Echando la vista atrás te das cuenta de la relatividad del tiempo; y aunque dos años sean 24 meses para todo el mundo, no todo el mundo ve ese tiempo con la misma elasticidad, y para algunos habrán pasado volando y para otros sea una eternidad.
Hoy, 668 días después, he buscado la llave del candado y abierto la caja de Pandora, vuelvo a echar tinta en el tintero, desempolvar las plumas y abrir los cuadernos, y junto con una taza de té o un cafelito, intentaré volver a plasmar, no sin dificultad, todas las ideas que mis neuronas vayan moldeando.
No puedo prometer que la próxima entrada sea mañana, dentro de otros dos años, o no vuelva a haber otra. Pero de momento, hasta la próxima.